Liberada

El Miedo de Todos los Chilenos

Salustio Godoy

10/4/20251 min leer

No logro ver nada, una sensación de dolor y ardor en mis ojos que no me permiten abrirlos, tengo tierra y polvo en todo el cuerpo, dentro de la nariz, en mi boca y oídos. Hay un silencio extraño que una que otra vez se rompe con un quejido terrorífico. Mi cuerpo está dormido, puedo moverlo muy levemente, me duelen todas las articulaciones, el dolor es palpitante, a momentos siento un dolor terrible, insoportable, tan fuerte que caigo presa del desmayo y a momentos hay calma, paz y silencio.

Llevo más de dos horas o quizás dos días, he perdido completamente la noción del tiempo, estoy asfixiada, aterrada y apretada, me han preparado de pequeña a los terremotos, pero nunca pensé que la pesadilla se hiciera realidad.

Aquí estoy, atrapada, entre los escombros de mi departamento, sola, abandonada y presionada bajo pisos y pisos de escombro, mi peor pesadilla, la claustrofóbica pesadilla de todos los Chilenos se ha vuelto realidad.

En cada momento de dolor o debilidad, me doy fuerzas, pienso en mis hermanos y mi madre, que deben estar buscándome, pienso en mi padre que desde el cielo me ayuda, me envía su bendición y protección, él ha sido mi ángel guardián por más de diez años y sé que no me abandonará, menos ahora.

Ya no sé si son días o semanas, casi no siento dolor, pero no puedo mover mi cuerpo, trato de abrir los ojos, siento la tierra y polvo en mis mojados ojos, pero ya no dolor, en la oscuridad veo una luz… ¡Ya vienen por mí!, ¡me han encontrado!, pronto esta pesadilla terminará, ¡qué emoción más grande!… Desde la abertura de luz desde donde entra un aire liberador y una sensación de victoria, una mano toma la mía, la reconozco… es la mano de mi papá.